El uso constante de audífonos puede causar daños auditivos irreversibles
Primero fueron los walkman, luego los discman y los reproductores de MP3; hoy son los smartphones. Gracias al avance de la tecnología, cada vez son más las personas que pasan varias horas a la semana escuchando música con audífonos, sin saber que esta práctica cotidiana, en apariencia inofensiva, puede provocar serios daños auditivos, incluso de carácter irreversible.
 
Según varios estudios, la pérdida auditiva en jóvenes y adolescentes aumentó casi en 30% desde los años noventa. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la exposición diaria al ruido no debería superar los 65 decibeles (dB). Sin embargo, el originado por el uso de audífonos puede superar los 100 dB. Por tanto, una exposición permanente a sonidos altos puede generar “pérdida inducida de la audición”, afección también conocida como sordera, que, como se sabe, no tiene cura. Además, la pérdida de la capacidad de escuchar se acumula a través de los años y en muy pocas ocasiones presenta dolor, por lo que la mayoría de afectados no acude al médico sino hasta que el problema ha llegado a un nivel grave.

Y en personas que escuchan música con volumen muy alto, el desgaste se adelanta y se presenta desde los cuarenta años. La fuente principal del daño radica en el sonido, que es proyectado directamente a los oídos. Por esa razón, los expertos consideran que no hay audífonos mejores que otros: tanto los que se introducen en el conducto auditivo como los que cubren la oreja por fuera son igualmente dañinos. Ante ello, la única recomendación es escuchar la música a un nivel moderado y solo treinta minutos al día. Además de los daños en el oído, el uso excesivo de audífonos puede provocar problemas de estrés, ansiedad, dificultades de aprendizaje y alteraciones en el sueño.

Fuente: Pacífico Seguros
 
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